martes, 11 de octubre de 2011

Hoy

Hoy (quiero decir ayer, a estas horas) hace 6 años del día que cambió mi vida. Ya había cambiado, 9 meses antes, pero hasta la tarde del 10 de octubre de 2005 no fui plenamente consciente de lo que significaba. Ese día, el bebé que vino con la lluvia me hizo mamá. Recuerdo la noche, que pasé  a solas con ella, sin saber que lo que nos habían dicho de que papá no podía quedarse era mentira. Fue una noche muy larga, hermosa, mirando, desde la planta 14 de la Paz, el cielo rojo sobre Madrid. Y sus ojos, abiertos como los de todos los recién nacidos, queriendo descubrir el mundo. Recuerdo el cielo y sus ojos. Y la sensación de felicidad absoluta, y la soledad y la responsabilidad. De repente (sí, debería haberme dado cuenta en esos meses de embarazo) tenía una responsabilidad gigantesca sobre mi. Si a mi siempre me lo habían dado todo hecho...

Hoy, seis años después. Seis años. Seis?! Mi bebé, no sé cómo ni cuándo dejó hace mucho de serlo, para pasar a ser princesa rosa, bailarina, tímida trepadora.
A veces pienso que me ha enseñado mucho, otras, que no he aprendido nada...
Te quiero tanto, Iris, feliz cumpleaños.

7 comentarios:

  1. Qué palabras tan hermosas...tanto como la mariposa de la sonrisa constante, y como la madre que navega fabricando cuentos...
    Muchas, muchas felicidades a ambas!!

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  2. ¡Qué hermosa entrada! Muchas felicidades a las dos!!

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  3. Que precioso lo que escribes! Felicidades a las dos. Un besito fuerte.

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  4. Mil gracias, Nina. Ya tocaba que fuera capaz de expresar mis sentimientos, je, je.

    Mar!!! Qué alegría leerte! Un abrazo fuerte para ti también y tus peques.

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  5. El cumpleaños del primer hijo siempre nos marca un antes y un después en nuestras vidas, inevitablemente dividimos nuestra existencia en el tiempo que no fuimos madres y en el tiempo que ya no hemos sido otra cosa. Felicidades a las dos, a la niña imparable que conocí un día de diciembre y a su mamá, la diosa de los mil brazos. :-)

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  6. Qué razón tienes, Carmen. Siempre me pregunto en qué se me iban las horas cuando no tenía niños! No consigo acordarme, parece que hubiese borrado un montón de años de un plumazo.
    A ver si de una vez os hacemos la visita prometida...Un beso.

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